viernes, 30 de diciembre de 2016

LAS DOS ESPAÑAS

A finales del pasado año se publicó el Informe Pisa realizado por 540.000 estudiantes durante la primavera de 2015. Este informe se encarga de evaluar el nivel educativo de los alumnos de diferentes países, en concreto setenta y dos fueron las naciones que participaron, entre ellas España.
Los resultados obtenidos colocan a España en la media de la OCDE. Sin embargo, el fracaso educativo en nuestro sigue latente, especialmente en las materias de ciencias donde su puntuación ha descendido tres puntos con respecto al anterior informe (2012). No nos dejemos engañar, es cierto que España está ahora en la media de la OCDE, pero eso se debe a que ésta ha descendido. Nuestro país sólo ha mejorado ligeramente sus resultados con respecto a 2012, pero el avance educativo que nos quieren mostrar no es tal.
Según este informe, España ha incrementado dos puntos en competencia matemática y ocho  en competencia lectora. No obstante,  nuestro país no consigue estar entre los 20 países primeros ni se le espera con nuestro actual sistema educativo ¿cuál es el error que estamos cometiendo? ¿Por qué no aprendemos de países como Singapur o Finlandia?
Los resultados generales de España en esta evaluación no han sido desastrosos. Sin embargo, sí son preocupantes y más en una nación donde las reformas educativas superan la decena. Además, esta valoración llega en un momento de confusión para nuestro país, tras la supresión de las polémicas reválidas y una reforma educativa que todavía sigue en el aire. Sin duda lo más preocupante es el gran desnivel educativo español. Este informe evidencia la existencia de dos Españas, educativamente hablando.  Mientras que las autonomías del norte y el centro de la península obtienen una buena valoración que supera la media de la OCDE, las comunidades autónomas más al sur (Andalucía, Extremadura, Murcia y Canarias) tienen una puntuación bastante inferior y descompensada con respecto a aquellas que ocupan las primeras posiciones, como Madrid y Castilla y León.



Esta diferencia tiene un gran problema de trasfondo y es que todos estos alumnos recibirán el mismo título de Graduado Escolar sin tener el mismo nivel. Por tanto, todo ellos estarán al mismo nivel educativo sin tener tal. Algunos señalan que la principal causa de tal desnivel son los recursos económicos que se invierten en cada autonomía. Sin embargo, no hay justificación posible, ya que el País Vasco es una de las regiones que más invierte en educación y una de las que ha obtenido peor resultados. De hecho, ha sido la gran sorpresa de esta evaluación. Su descenso con respecto al 2012 ha sido de 23 puntos y no ha habido ninguna modalidad en la que haya aumentado su nivel. La consejera de educación, Cristina Uriarte, justificó tales resultados amparándose en la utilización por primera vez de un soporte digital para la realización de dichas pruebas. La Junta de Andalucía también se ha pronunciado al estar a la cola de este informe. La Junta afirma que los malos resultados obtenidos se debe al bajo nivel socio-económico de los 54 centros andaluces elegidos para la prueba, pero ¿acaso la elección de los centros no se realiza de forma aleatoria por la OCDE?
Ya es hora de que los políticos dejen de excusarse y empiecen a poner remedio a tales resultados. La educación de futuras generaciones está en juego. Para ello, hay que mejorar la formación de aquellos que se encargarán de transmitir su conocimiento: los docentes.
España debe copiar los grandes modelos educativos. Los países asiáticos han avanzado rápidamente en esta área colocándose en la cúspide de este informe. Muchos países han encontrado la solución a sus problemas educativos imponiendo una selección más exigente del profesorado. No obstante, no considero que se deba realizar una criba severa, si no que la formación de los profesores debe ser continua. El mundo avanza cada segundo y los profesores debemos avanzar con él. Se debe poner en marca el “renovarse o morir”. Debemos cambiar la forma de enseñar. Por suerte ya son muchos los docentes que se han puesto en marca en nuestro país por medio de modelos como Flipped Classroom o la gamificación, donde el principal objetivo es enseñar a nuestros alumnos a pensar y no a memorizar para aprobar un examen.
Por tanto, no se trata de ponerse más exigentes con los profesores y los alumnos por medio de evaluaciones más difíciles o mayores requisitos, si no de cambiar la mentalidad de nuestra sociedad y construir un sistema educativo nuevo, donde los alumnos sean capaz de razonar por ellos mismos y de solucionar problemas.

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