A
finales del pasado año se publicó el Informe Pisa realizado por 540.000
estudiantes durante la primavera de 2015. Este informe se encarga de evaluar el
nivel educativo de los alumnos de diferentes países, en concreto setenta y dos
fueron las naciones que participaron, entre ellas España.
Los
resultados obtenidos colocan a España en la media de la OCDE. Sin embargo, el
fracaso educativo en nuestro sigue latente, especialmente en las materias de
ciencias donde su puntuación ha descendido tres puntos con respecto al anterior
informe (2012). No nos dejemos engañar, es cierto que España está ahora en la
media de la OCDE, pero eso se debe a que ésta ha descendido. Nuestro país sólo
ha mejorado ligeramente sus resultados con respecto a 2012, pero el avance
educativo que nos quieren mostrar no es tal.
Según
este informe, España ha incrementado dos puntos en competencia matemática y ocho en competencia lectora. No obstante, nuestro país no consigue estar entre los 20
países primeros ni se le espera con nuestro actual sistema educativo ¿cuál es
el error que estamos cometiendo? ¿Por qué no aprendemos de países como Singapur
o Finlandia?
Los
resultados generales de España en esta evaluación no han sido desastrosos. Sin
embargo, sí son preocupantes y más en una nación donde las reformas educativas
superan la decena. Además, esta valoración llega en un momento de confusión
para nuestro país, tras la supresión de las polémicas reválidas y una reforma
educativa que todavía sigue en el aire. Sin duda lo más preocupante es el gran
desnivel educativo español. Este informe evidencia la existencia de dos
Españas, educativamente hablando.
Mientras que las autonomías del norte y el centro de la península
obtienen una buena valoración que supera la media de la OCDE, las comunidades
autónomas más al sur (Andalucía, Extremadura, Murcia y Canarias) tienen una
puntuación bastante inferior y descompensada con respecto a aquellas que ocupan
las primeras posiciones, como Madrid y Castilla y León.
Esta
diferencia tiene un gran problema de trasfondo y es que todos estos alumnos recibirán
el mismo título de Graduado Escolar sin tener el mismo nivel. Por tanto, todo
ellos estarán al mismo nivel educativo sin tener tal. Algunos señalan que la
principal causa de tal desnivel son los recursos económicos que se invierten en
cada autonomía. Sin embargo, no hay justificación posible, ya que el País Vasco
es una de las regiones que más invierte en educación y una de las que ha
obtenido peor resultados. De hecho, ha sido la gran sorpresa de esta
evaluación. Su descenso con respecto al 2012 ha sido de 23 puntos y no ha
habido ninguna modalidad en la que haya aumentado su nivel. La consejera de
educación, Cristina Uriarte, justificó tales resultados amparándose en la
utilización por primera vez de un soporte digital para la realización de dichas
pruebas. La Junta de Andalucía también se ha pronunciado al estar a la cola de
este informe. La Junta afirma que los malos resultados obtenidos se debe al bajo nivel socio-económico de los 54
centros andaluces elegidos para la prueba, pero ¿acaso la elección de los
centros no se realiza de forma aleatoria por la OCDE?
Ya
es hora de que los políticos dejen de excusarse y empiecen a poner remedio a
tales resultados. La educación de futuras generaciones está en juego. Para
ello, hay que mejorar la formación de aquellos que se encargarán de transmitir
su conocimiento: los docentes.
España debe copiar los grandes modelos
educativos. Los países asiáticos han avanzado rápidamente en esta área colocándose
en la cúspide de este informe. Muchos países han encontrado la solución a sus
problemas educativos imponiendo una selección más exigente del profesorado. No
obstante, no considero que se deba realizar una criba severa, si no que la
formación de los profesores debe ser continua. El mundo avanza cada segundo y
los profesores debemos avanzar con él. Se debe poner en marca el “renovarse o
morir”. Debemos cambiar la forma de enseñar. Por suerte ya son muchos los
docentes que se han puesto en marca en nuestro país por medio de modelos como Flipped Classroom o la gamificación,
donde el principal objetivo es enseñar a nuestros alumnos a pensar y no a
memorizar para aprobar un examen.
Por tanto, no se trata de ponerse más exigentes con los profesores y los
alumnos por medio de evaluaciones más difíciles o mayores requisitos, si no de
cambiar la mentalidad de nuestra sociedad y construir un sistema educativo
nuevo, donde los alumnos sean capaz de razonar por ellos mismos y de solucionar
problemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario