jueves, 3 de noviembre de 2016

EN GRUPO SÍ, PERO INDEPENDIENTE

Este post va dedicado al aprendizaje cooperativo, una manera diferente de trabajar con los alumnos que no siempre triunfa en las aulas. El miedo es el principal motivo por el que no se explota más esta metodología, miedo a que se desarrolle una clase ruidosa, a que se creen conflictos, a perder el tiempo, etc.

Antes de adentrarnos en el fascinante mundo del trabajo cooperativo, algo que hasta hace apenas unas horas confundía con el colaborativo, es necesario explicar qué es y cuándo surgió.

El aprendizaje cooperativo, como bien indica su nombre se basa en la cooperación. Consiste en que los alumnos trabajen juntos para alcanzar una meta común. Para ello, el profesor crea grupos reducidos, donde todos los estudiantes puedan participar de manera activa y directa, ya que en el trabajo cooperativo cada uno de sus miembros va a conservar su propia autonomía (cuestión que difiere con el trabajo colaborativo). Sin embargo, todos tienen la obligación de ayudarse para conseguir una maximización de su aprendizaje y del de sus compañeros, lo cual se verá reflejado en unos mejores resultados.

El trabajo cooperativo se puede aplicar en diferentes actividades como " tomar notas de pares", "leer y explicar en pares", " componer y redactar en pares", etc... Si os fijáis todas estas actividades tienen un nombre en común " pares". En el trabajo cooperativo es fundamental que, como mínimo, se trabaje por PAREjas. De esta forma, se trata de que ambos trabajen, inicialmente, de una forma independiente para posteriormente intercambiar sus respuestas, ver sus errores y recomponer lo escrito.

Pese a que este tipo de didácticas se están empleando recientemente en los aulas, sus antecedentes están relacionados con la Historia de la Pedagogía y de la Humanidad. En el siglo XVI, Comenio ya hacía referencia al trabajo cooperativo cuando afirmaba que el maestro debe aprender enseñando y el alumno debe enseñar mientras aprende. Un principio que está muy presente en el nombre de este blog " Enseñando también aprendes".

Volviendo al tema principal, el trabajo cooperativo volvió a coger de nuevo impulso con el movimiento "escuela activa" impulsado por J.Dewey (s.XX), quien concebía el aprendizaje académico como una continuación de los sucesos sociales, emocionales e intelectuales.


Otros autores, como Kurt Lewis han influido notablemente a su desarrollo, exponiendo la importancia de las organizaciones, en las cuales un grupo de personas cooperan para conseguir unos objetivos comunes. Sin embargo, en este trabajo en grupo es fundamental la interdependencia social de sus miembros. Los hermanos Johnson desarrollaron este concepto gracias a "la teoría de la interdependencia social. Las primeras formulaciones fueron las desarrolladas por Kurt Lewin y Morton Deutsch. Nosotros hemos continuado y extendido el trabajo de ellos a través de nuestros esfuerzos", como han explicado en más de una entrevista.



David W. Johnson - Roger T. Johnson


Estas ideas calaron muy hondo en los considerados "padres del Trabajo Cooperativo". Ambos definieron el aprendizaje cooperativo como "el uso interactivo de grupos pequeños para que los estudiantes trabajen juntos y aprovechen al máximo el aprendizaje propio y el que se produce en la interrelación. Para lograr esta meta, se requiere planeación, habilidades y conocimiento de los efectos de la dinámica de grupo" ( Johnson & Johnson, 1991). Esta difusión se ha concentrado en su libro La evaluación del aprendizaje cooperativo: cómo evaluar la evolución individual a través del grupo.



Para ambos es muy importante que no se confunda el aprendizaje cooperativo y el colaborativo. Por ello,  explican que los objetivos del aprendizaje colaborativo son: compartir la autoridad, aceptar la responsabilidad y el punto de vista de cada miembro y construir un consenso.
Resultado de imagen de diferencias trabajo colaborativo y cooperativo

Spencer Kegan estableció los principios básicos del aprendizaje cooperativo marcando aún más la distancia con respecto al colaborativo. El autor establece que en el cooperativo debe haber los siguientes elementos:

1. Interdependencia positiva o lo que es lo mismo todos deben conseguir una meta común. Para ello, todos serán ayudados y todos ayudarán.

2. Responsabilidad individual. Cada componente se compromete a alcanzar ese objetivo. De esta forma, todos los miembros participan en la actividad.

3. Interacción simultánea.  Este principio es uno de los que considero más importantes, porque es donde los alumnos se retroalimentan y aprenden unos de otros. Pero, también, creo que es uno de los más difíciles de conseguir, ya que se debe crear un ambiente idóneo, dejando fuera los conflictos.

4. Igualdad en la participación. Todos deben asumir las responsabilidades. Muchas veces, el docente se encuentra los típicos problemas de trabajar en grupo, como " yo he trabajado más", " fulanito no ha entregado su parte del trabajo", etc. Sin embargo, con el trabajo cooperativo este tipo de problemas se intentan solventar proporcionándoles destrezas y habilidades básicas para trabajar en grupo.

Si se tienen en cuenta todos estos principios, el trabajo cooperativo puede resultar muy fructífero para los alumnos. De esta manera, trabajan de forma interactiva, aprendiendo a desarrollar, asociar ideas, aprender de sus errores, y, en definitiva, a cooperar y a ayudar a sus compañeros.

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